12 de diciembre de 2012

Romance de la guitarra

                                                    Campesino tocando guitarra. Diego Rivera

Mientras la tarde muere, intento vanamente afinarla, pero afloran las mismas frustraciones cuando, después de decenas de repeticiones, los acordes conocidos se niegan a salir del vientre de esta compañera rebelde. Con mis manos, recorro su cintura perfectamente simétrica, sus redondeces, su cuello orgulloso, pero es en vano. La guitarra, una vez más, me ha negado, porque al callar de esa manera, rompe aquel pacto que juramos respetar, cuando la tomé por primera vez entre mis brazos y una lágrima de felicidad  rodó por mi cara para ir a humedecer la suya. Ella, tan alegre y obsequiosa vibraba solo al leve toque de mis dedos, que aprendieron pronto a dialogar con su alma de madera olorosa.
Ella llevaba a cuestas una temprana tragedia. Malquerida por su primer dueño, que, al no dominarla, se la entregó a unos mozalbetes amigos suyos, que en una noche de juerga y alcohol, astillaron sin conciencia su garganta de pambil. Ya en mis manos, pronto le dediqué "Flor de Azalea" y ella me correspondía con un leve estremecimiento en los acordes séptimos.
Mi historia de desamores también es la suya. Como yo, casi lloró cuando no pudimos enamorar el corazón de la mujer que ha calado hasta ahora más adentro de mi ser, la de la mirada pura y alma amarga. La que nunca me dijo sus motivos, la que esclavizó mi corazón por largos y desesperados meses. La serenata donde le entregué toda mi alma, fue también el sello de nuestra despedida. En esa noche clara de septiembre, lo único que conservo en mi memoria es el olor del monte cercano y el silencio total de esa casa campesina.
Ahora, la único testigo de esa derrota de amor yace aquí a mi lado, muda, absorta, quieta, como muerta. Tal vez, en su sueño de madera y canción, esté soñando que yo sueño con ella, así como ahora la sueño, que la tengo aquí a mi lado, en mi cama de otro siglo. Porque aunque no nací con oído musical, la sigo queriendo, con su pasado cruel y su futuro incierto.
San Ignacio de Relámpago, febrero de 2003



6 de diciembre de 2012

No eres bienvenida, Sequía



Rebuscando en unos viejos manuscritos me encontré con este viejo texto de hace casi 10 años...Lo consideré salvable del reciclaje físico. Vale aclarar que, pese a los intentos de hacer cambios en la finca para evitar los estragos de la sequía, ésta aún nos golpea en forma cíclica.
2002 fue un año bien seco. Fue el último año que se murieron animales en San Ignacio debido al estiaje.





No eres bienvenida, Sequía

Este vil fantasma ha vuelto. Su llegada temible se perfilaba desde hace unas semanas. La falta de nubarrones, la mayoría de las noches, frescas. Hace falta ese calor, a veces sofocante, pero tan necesario que los mayores sabían que era requisito pleno para las llegadas de las primeras lluvias. El cielo se desgrana en soles mercuriales y la tierra no retiene el tenue rocío del amanecer.
Las miradas del campesino se dirigen, interrogativas, hacia el occidente, hacia el oceáno oculto tras el horizonte, deseando que el gran Pacífico se apiade de esta tierra ecuatorial y nos lance su gran aliento de humedad, pero el gran mar habla a través del horizonte blanquiazul.  Por lo pronto no enviará las redentoras lluvias.
Los costillares flacos del ganado y el pasto agostado reflejan esta realidad; todo se hace polvo y los gallinazos revolotean con su danza macabra, oliendo la tragedia en el ambiente. Dejamos de ordeñar hace unos días y la extrañeza de la rutina perdida hace fácil presa en los vaqueros. Insisten en levantarse de madrugada, pese a que hay muy poco que hacer. La ironía es padecer de sequía cuando algunos cientos de metros nos separan del embalse La Esperanza, ¡Cruel nombre para una obra que se llevó las mejores tierras de estos campos!

San Ignacio de Relámpago, 1 de enero del 2002

23 de noviembre de 2012

Amor no correspondido

Toda creación es un redescubrimiento de lo olvidado, o mas bien, una nueva versión de algo que, en nuestros sueños o en la irrealidad de lo cotidiano, habremos visto algún día. Si cada escritor es influenciado por alguno que deslumbró a la generación anterior, ¿no somos una suma inacabada hasta el infinito de los que nos precedieron, de los que bajo este y otro distinto sol fatigaron, tal vez, estas y otras tierras?
Estos versos que pude rescatar entre otros quizás mas dignos de distraer la mente de los hombres, representan  mi simple deseo de traspasar en símbolos los sentimientos que atenazaban mi parte sensible, en los no tan lejanos años donde cambiamos de milenio. Veo en ellos fragmentos de un poema árabe que releí tantas veces en una antología que no logro rescatar, en ninguno de los dos mundos.



Amor no correspondido

Entre el azul del cielo
y el profundo suelo
vive mi amada.
Sus fuertes y gráciles piecitos
no lo han mancillado 
ni el mármol ni el granito.
Sus muslos, el temple lo poseen
de aquella que camina 
de jornada en jornada
(Hay que darle de comer a las gallinas)
(Niña, ayuda a tu padre 
en los quehaceres campesinos).


La esbeltez de su torso 
y la amplitud de sus caderas
son un fruto más
del radiante clima ecuatorial:
estalla de salud el adorado
cuerpo de mi amada.


Su piel es amasada 
con los soles de septiembre
y el agua de vertientes primigenias
y la mata de su pelo es negra
como de negros corceles.


Su cuello, soberano portento
cuya esbeltez
remeda vanamente la palmera
en los altos cerros tropicales.


Corona el excelso conjunto
el espejo de su alma 
cándida y amable.
El perfil de mi amada
es el de la reina Nefertiti
y en sus ojos rielea 
ese espíritu majestuoso.


¡Dios!, ¡sabes muy bien que daría,
porque esos ojos me mirasen
como yo miro a su dueña!


9 de abril de 2012

Cambio climático, centralismo y pobreza rural (I)

Cada día que pasa, el cambio climático es un tema que va pasando de las simples esferas de la discusión científica a la realidad de cada uno de los habitantes de este planeta. Sin disminuir el hecho que la especie humana cultiva, construye, vive cada día, mas en áreas no adecuadas para esas actividades desplazados a la vez por su propio crecimiento explosivo, y por eso es mas vulnerable ante los eventos extraordinarios de la naturaleza. Pese a colocar en la balanza el hecho anterior, lo cierto es que los eventos climáticos extremos aumentarán aún mas en los próximos.
Ya que la cuestión de la irreversibilidad del cambio climático está indisolublemente unido a su origen, no vamos a discutir si su origen es antropogénico o no. Al común de los habitantes de las ciudades o de los campos _Debemos admitirlo_ Poco le importa. La responsabilidad de todos los que pensamos que, nuestro destino como individuo está enlazado al destino de la humanidad, es trabajar en la adaptación al cambio climático, a las nuevas condiciones ambientales que nos depararán las próximas décadas.
¿ Cómo nos preparamos a nivel local para lo que nos espera? He aquí algunas de esas realidades:
1)  La disminución de los glaciares andinos podría provocar estrés hídrico a alrededor de 77 millones de personas para 2020. (1)
2) El aumento de las inundaciones en las partes bajas de la costa, afectará la infraestructura vial, cosechas, ganados y habitantes de pueblos y ciudades vulnerables. (2)
3) En las partes intermedias o montañosas, aumentará el riesgo de aluviones y deslaves con el consiguiente riesgo para la vida y las infraestructuras vial, eléctrica, de comunicaciones, etc.
4) Las infraestructuras civiles creadas para controlar inundaciones, como los embalses y represa cortapicos, perderán capacidad de cumplir su objetivo a medida que entre en juego la variabilidad climática.
Pequeña finca afectada por las inundaciones causadas por la mala gestión del embalse La Esperanza


¿Cómo se han preparado los diferentes niveles de gobierno en el Ecuador para mitigar los efectos del calentamiento global? Es lamentable reconocer que pese a los talleres, seminarios y charlas que se han realizado a nivel país en los últimos años, aún no existe un lineamiento claro a nivel gubernamental de cómo mitigar el cambio climático. Los programas y organismos que tienen cierto nivel de intervención en el tema, como, por ejemplo la Secretaría Nacional de Riesgos (SNGR), SENAGUA, INERHI, Ministerio del Ambiente están muy centralizados y/o responden a esquemas que difícilmente son dinámicos, con la capacidad de ajustarse a las realidades locales.

Pensar globalmente, actuar localmente. ¿Por qué, a simple vista, este enunciado parece que nos dijera que el motor de la protección al ambiente está en la acción individual, fruto de la reflexión sobre el bienestar del planeta entero? ¿Será posible que los gobiernos sean entes que estén demás a la hora de las acciones necesarias para mitigar el impacto del cambio climático? No creo esta dicotomía discutible, pero si pienso que es un llamado de atención a la gestión posible de los gobiernos locales, verdaderos nexos entre lo local y lo global y en detrimento de un gobierno nacional que, como ejemplo paradigmático, llama impuesto verde a una tasa impositiva, que, en definitiva, ha servido para mejorar a los combustibles con mínima ganancia de la calidad ambiental del mismo, dejando a un lado la discusión sobre el transporte masivo como medida de calidad para bajar el consumo de hidrocarburos, con todos sus potenciales beneficios.
¿Cómo puede un Ministerio del Ambiente controlar la gestión de los bosques desperdigados por todo el país, sin involucrar a los gobiernos locales en su manejo? Como podrá SENAGUA gestionar todos los recursos hídricos del país y evitar su deterioro  debido al cambio climático si tiene un esquema vertical, que en última instancia se determina en un escritorio a 2800 msnm? Los desafíos que se nos presentan en los próximos años debido a esta realidad ineludible son inmensos. Debemos crear un sistema que permita una respuesta a) Sistemática, donde se trabaje a mediano y largo plazo, con un plan basado en indicadores verificados. b) Las emergencias sean prontamente atendidas, con calidad y con el mínimo dispendio de recursos.
Si no logramos establecer aquel sistema, los efectos sobre el desarrollo rural serán mayores. Pero eso es tema para la segunda parte de este post.






Creative Commons License
El viaje del balsero by Rolando Montesdeoca Cedeño is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Compartir bajo la misma licencia 3.0 Ecuador License.
Based on a work at elviajedelbalsero.blogspot.com.