9 de abril de 2012

Cambio climático, centralismo y pobreza rural (I)

Cada día que pasa, el cambio climático es un tema que va pasando de las simples esferas de la discusión científica a la realidad de cada uno de los habitantes de este planeta. Sin disminuir el hecho que la especie humana cultiva, construye, vive cada día, mas en áreas no adecuadas para esas actividades desplazados a la vez por su propio crecimiento explosivo, y por eso es mas vulnerable ante los eventos extraordinarios de la naturaleza. Pese a colocar en la balanza el hecho anterior, lo cierto es que los eventos climáticos extremos aumentarán aún mas en los próximos.
Ya que la cuestión de la irreversibilidad del cambio climático está indisolublemente unido a su origen, no vamos a discutir si su origen es antropogénico o no. Al común de los habitantes de las ciudades o de los campos _Debemos admitirlo_ Poco le importa. La responsabilidad de todos los que pensamos que, nuestro destino como individuo está enlazado al destino de la humanidad, es trabajar en la adaptación al cambio climático, a las nuevas condiciones ambientales que nos depararán las próximas décadas.
¿ Cómo nos preparamos a nivel local para lo que nos espera? He aquí algunas de esas realidades:
1)  La disminución de los glaciares andinos podría provocar estrés hídrico a alrededor de 77 millones de personas para 2020. (1)
2) El aumento de las inundaciones en las partes bajas de la costa, afectará la infraestructura vial, cosechas, ganados y habitantes de pueblos y ciudades vulnerables. (2)
3) En las partes intermedias o montañosas, aumentará el riesgo de aluviones y deslaves con el consiguiente riesgo para la vida y las infraestructuras vial, eléctrica, de comunicaciones, etc.
4) Las infraestructuras civiles creadas para controlar inundaciones, como los embalses y represa cortapicos, perderán capacidad de cumplir su objetivo a medida que entre en juego la variabilidad climática.
Pequeña finca afectada por las inundaciones causadas por la mala gestión del embalse La Esperanza


¿Cómo se han preparado los diferentes niveles de gobierno en el Ecuador para mitigar los efectos del calentamiento global? Es lamentable reconocer que pese a los talleres, seminarios y charlas que se han realizado a nivel país en los últimos años, aún no existe un lineamiento claro a nivel gubernamental de cómo mitigar el cambio climático. Los programas y organismos que tienen cierto nivel de intervención en el tema, como, por ejemplo la Secretaría Nacional de Riesgos (SNGR), SENAGUA, INERHI, Ministerio del Ambiente están muy centralizados y/o responden a esquemas que difícilmente son dinámicos, con la capacidad de ajustarse a las realidades locales.

Pensar globalmente, actuar localmente. ¿Por qué, a simple vista, este enunciado parece que nos dijera que el motor de la protección al ambiente está en la acción individual, fruto de la reflexión sobre el bienestar del planeta entero? ¿Será posible que los gobiernos sean entes que estén demás a la hora de las acciones necesarias para mitigar el impacto del cambio climático? No creo esta dicotomía discutible, pero si pienso que es un llamado de atención a la gestión posible de los gobiernos locales, verdaderos nexos entre lo local y lo global y en detrimento de un gobierno nacional que, como ejemplo paradigmático, llama impuesto verde a una tasa impositiva, que, en definitiva, ha servido para mejorar a los combustibles con mínima ganancia de la calidad ambiental del mismo, dejando a un lado la discusión sobre el transporte masivo como medida de calidad para bajar el consumo de hidrocarburos, con todos sus potenciales beneficios.
¿Cómo puede un Ministerio del Ambiente controlar la gestión de los bosques desperdigados por todo el país, sin involucrar a los gobiernos locales en su manejo? Como podrá SENAGUA gestionar todos los recursos hídricos del país y evitar su deterioro  debido al cambio climático si tiene un esquema vertical, que en última instancia se determina en un escritorio a 2800 msnm? Los desafíos que se nos presentan en los próximos años debido a esta realidad ineludible son inmensos. Debemos crear un sistema que permita una respuesta a) Sistemática, donde se trabaje a mediano y largo plazo, con un plan basado en indicadores verificados. b) Las emergencias sean prontamente atendidas, con calidad y con el mínimo dispendio de recursos.
Si no logramos establecer aquel sistema, los efectos sobre el desarrollo rural serán mayores. Pero eso es tema para la segunda parte de este post.






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