La vieja casa de la esquina pagando su tributo al progreso. |
Nuestra sociedad se basa en la economía, "la ciencia imperial" y ella a la vez se basa en el crecimiento a largo plazo de todos los indicadores positivos: masa monetaria, producción, nivel de consumo, ahorro,etc. La economía de una nación puede soportar períodos de decrecimiento, pero a la larga los planificadores conocen que se debe plantear formas para que siga en crecimiento.
La realidad última es que la base del crecimiento económico son la explotación de los recursos naturales, sean estos la tierra, el petróleo, los metales, la pesca o la madera y estos existen en un medio físico limitado, nuestro planeta. Por eso es que el crecimiento económico en ultima instancia siempre se chocará con esta realidad: Nuestra demanda es infinita, pero nuestro mundo es limitado.
Por eso se han planteado límites al crecimiento. Mientras la humanidad no encuentre un medio físico apropiado fuera de nuestro planeta para seguir con su crecimiento (hay quien piensa que este último razonamiento es un aplazamiento del mismo problema), no podemos basar nuestro desarrollo en el crecimiento de nuestras ciudades, de nuestra población, de la frontera agrícola, del PIB de nuestra nación.
Calceta está viviendo un período de expansión: casas y terrenos cambian de propietario de la noche a la mañana, la ciudad se expande en la clásica mancha de aceite hacia su periferia, donde los predios agrícolas son fraccionados. El municipio es un actor pasivo y no prevee los futuros problemas si no trata ahora de moldear este crecimiento.Si voy a una sesión y les planteo a la corporación municipal que hay que limitar el crecimiento de la ciudad me tildan de loco...
Nuestra sociedad vive una vorágine de la espiral loca donde la competencia nos empuja un poco más al abismo. Bajemos un ratito de este vagón trepidante y reflexionemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario