6 de febrero de 2011

Río Grande y La Esperanza

Desde el antiguo Egipto hasta nuestros días, parece ser que los Estados se pueden legitimar solamente a través de las  grandes obras, que sean visibles, que relumbren. Las represas pueden ser el arquetipo de esta clase de estructuras, aparentemente indispensables, que llenan titulares y estarán  ante el ojo del observador (y votante) por décadas.
La decisión de construir o no  un embalse en particular debería  hacerse, solo si los beneficios potenciales superan con creces a los perjuicios de todo tipo que puedan causar, ya sean de tipo económico, social o ambiental. Da la impresión que en nuestro país más pesa los intereses políticos o económicos de ciertos grupos de poder que ven en la construcción de estas obras una oportunidad que no se debe desperdiciar. Parece ser que a los gobiernos más les interesa resolver sus problemas coyunturales de empleo y de falta de inversión antes que los de largo plazo como  deterioro ambiental, degradación de tierras agrícolas y suministro de agua de calidad.
El 16 de enero pasado asistí en representación de nuestra Asociación a una reunión de trabajo con Domingo Paredes, Ministro del Agua, flamante cartera de Estado inaugurada por este gobierno, para tratar los problemas que tienen los agricultores de la cuenca baja del Carrizal- Chone con el sistema de riego homónimo. Después de discursos grandilocuentes por más de 150 minutos, hubo la necesidad de cortar una intervención para decirles que, estaban bien las promesas, pero la invitación que nos habían hecho llegar era para que el Ministro escuchara los problemas de los usuarios o potenciales usuarios del sistema.

Comuneros de la parte baja del Carrizal- Chone


David Sabando, presidente de Fortaleza del Valle interviniendo en reunión con Ministro del Agua.

Al escuchar las quejas de los comuneros y conocer que el sistema, en sus 2 etapas terminadas solo se está usando en una mínima parte, me dije: Y para esto tanto sacrificio de la gente que perdió sus tierras y casas aguas arriba, de los árboles talados y otro que se pudrieron, de la gente que emigró, de las comunidades de las que solo queda el nombre y empecé a enumerar: Zapote,Los Mangos,  Boca de Bejuco, La Mina, Manantial, Chapulí, Puerto Alto.. caminos y lugares que trajiné en mi niñez y ahora yacen sepultados bajo toneladas de agua que no se aprovecha. Comprendí, una vez más, que al cantón Bolívar y a Calceta se lo engañó: El objetivo central de la Represa La Esperanza NUNCA fue darle agua de riego al valle del Carrizal, donde, siempre ha existido en el subsuelo, máximo a 5 metros de profundidad. El objetivo escondido de la construcción de la Represa La Esperanza fué que sirva como vaso comunicante entre la Represa Daule Peripa, que almacena 10 veces más agua y Poza Honda, un charquito comparado con las dos precedentes pero que está en la cabecera del Río Portoviejo, que abastece de agua cruda para las plantas de agua potable de Portoviejo y Manta, donde está el grueso de la industria, el capital económico y la  población manabita. Así que no nos llamemos a engaño si la falta de planificación nos pasa factura por más de 200 millones de dólares que es más o menos lo que se ha invertido en este elefante blanco llamado Carrizal Chone, construido en forma antitécnica, sin socialización y donde  no pocos se han enriquecido...
Embalse La Esperanza hoy en día


Pero papá Estado no aprende de sus errores, ahora se pretende construir otro embalse en Río Grande (que no nos engañe su nombre) uno de los pequeños tributarios del río Chone. Se ha vendido la idea a la ciudadanía de Chone que esta presa  iría a controlar las inundaciones como la que está ocurriendo mientras escribo estas líneas. Chone se encuentra sobre un valle aluvial casi al nivel del mar, el nivel de deforestación en la parte alta provoca erosión y ésta ha azolvado el cauce del río. Las inundaciones son inevitables.No hay artilugio ni infraestructura que las evite. Pero esta obra se va a construir, pese a la oposición de la mayoría de los comuneros.
Río Grande. Cortesía

Río Grande. Cortesía
 Amigo lector, ubíquese en la siguiente situación: Usted ha crecido en una finca familiar. Conoce todos los caminos, todos los vecinos. Ese es su universo, pequeño, pero suyo. Por donde quiera encuentra huellas del paso de sus bisabuelos, abuelos.Su padre está envejeciendo cultivando esa tierra. Ud. también ansía lo mismo, porque no cree que  esa tierra, ese paisaje le pertenecen. Sabe, en el fondo de su ser, que usted pertenece a esa tierra. Y de repente, aparecen gente extraña, con cascos y teodolitos, a medir por aquí y por allá, y Ud. presiente que una vez que las máquinas pasen, nada será igual... y nada fué igual; y eso fué hace 15 años: las comunidades se perdieron, la gente emigró, los esteros quedaron anegados,  El pueblo languideció durante casi una década. Ahora una masa informe de agua, donde la naturaleza ensaya un remedo de lo que fue, ocupa ese lugar, donde aún, cuando navego en la canoa a motor, entre su run run, me parece escuchar el rumor multiforme de la gente que nació, creció, amó y murío donde ahora están las turbias aguas que me dicen "nunca más...nunca más"

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